¡Buenos días amigos! Y que hemos
hablado ya extensamente de los aviones y de los helicópteros, es
hora de hablar del híbrido de ambos que está en pleno auge, el
convertiplano.
El convertiplano pues es eso, un
híbrido entre avión y helicóptero, básicamente es una aeronave
con fuselaje de avión cuyos motores que poseen unas hélices mucho
más grandes que las de un avión pero más pequeñas que las de un
helicóptero basculan, permitiendo a la aeronave comportarse
como un helicóptero cuando las hélices están en posición
horizontal y como una avión cuando están en posición vertical.
Osprey en modo crucero con las hélices en posición vertical
Osprey en modo estacionario con las hélices en posición horizontal
Este tipo de aeronave por increíble
que parezca data ya como concepto de la Segunda Guerra Mundial y en
concreto fue ideado por los geniales ingenieros alemanes siempre
ávidos de buscar nuevos diseños que revolucionasen la guerra para
darles la ventaja para ganarla. De esta forma en el año 1938 la
empresa Weserflug dio a luz el diseño WP 1003, que era eso, un avión
con un motor instalado en el centro del fuselaje, desde el cual se
extendían sendos ejes de transmisión hacia las alas, las cuales
llevaban instaladas en cada punta un eje de hélices de gran tamaño,
las cuales podían cambiar su ángulo a través de un eje avisagrado
en el centro de cada ala, de tal manera que cuando el avión fuese a
despegar las hélices se encontrarían en posición horizontal
comportándose la aeronave como un helicóptero y una vez en el aire
y con suficiente velocidad para que las alas generasen sustentación,
cambiaría el ángulo a uno vertical, comportándose la aeronave
entonces como un avión pudiendo ganar velocidad por encima de la de
cualquier helicóptero. El diseño innovador y práctico en la
guerra, aunque obtuvo la aprobación del Ministerio del Aire alemán,
nunca sobrepasó la fase de diseño, pues el desarrollo de su
mecánica y su construcción eran muy complejas para la época y sobre
todo no pudieron salvar el problema de la transmisión de la potencia
del motor a las hélices, transmisión que era demasiado compleja y
pesada. Tras este diseño inacabado, se siguió experimentando con el
mismo concepto, hasta que en año 1971 se pensó que en vez de poner
un motor en el fuselaje y pesados ejes de transmisión hasta las
hélices de cada punta alar, se podría colocar directamente un motor
para cada eje de hélice y sólo un pequeño eje de transmisión
auxiliar de uno a otro motor por si alguno de ellos fallaba, que el
otro pudiese dar potencia a ambas hélices para poder aterrizar. Y el
caso fue que este concepto dio a luz a dos aeronaves, una de Boeing y
otra de Bell y esta última fue elegida para convertirse en el
prototipo XV-15, el cual realizó pruebas ¡Hasta 2003! Año en el
cual toda la experiencia adquirida se usaría para dar a luz el hoy
famosísimo V-22 Osprey, aeronave que efectivamente posee dos motores
turbohélices de hélices enormes que basculan desde una posición
totalmente horizontal para el despegue vertical hasta una posición
vertical para el vuelo de crucero en modo avión. Esta aeronave que
hoy día sólo está operativa en Estados Unidos, tiene numerosos
ejércitos interesados en ella, pues es una aeronave ideal tanto para
el transporte de tropas y mercancía como para el asalto, permitiendo
una carga de pago de hasta casi 6 toneladas, o el transporte de hasta
32 soldados a una velocidad a nivel de mar de ¡250 kts!, Y es la
primera aeronave operativa de este tipo aunque hay otros países
involucrados en desarrollos parecidos.
WP 1003 en estacionario
XV-15 en vuelo estacionario
V-22 Osprey con las hélices plegadas
Pero os preguntaréis que si esta
maravillosa aeronave tiene las ventajas de un helicóptero combinadas
con las velocidades de un avión, por qué se siguen fabricando
helicópteros y la respuesta es muy sencilla, y es que aunque sus
características VTOL (Vertical Take off and Landing) le permiten
aterrizar en cualquier parte y realizar cualquier tarea al tiempo que
es mucho más rápido, tiene más autonomía y vuela mucho más alto
que un helicóptero lo cual le hace mucho menos vulnerable que éste,
también padece de unas cuantas desventajas, la primera es que un
Osprey cuesta 115 millones de dólares, mientras que un Huey cuesta
un poco menos de 5, la segunda es que su construcción es muchísmo
más compleja y lenta que la de un helicóptero y la tercera es que
requiere de 16 horas de mantenimiento por cada hora de vuelo, lo cual
es una barbaridad.
Marines realizando una "Fast Rope" (Cuerda rápida)desde un Osprey
Osprey haciendo de avión cisterna para un F-18
Motor del Osprey en mantenimiento
Bueno, pues como habréis podido
comprobar, los convertiplanos, si bien son aeronaves muy versátiles,
como muchísimas aplicaciones y desarrollos aunando las ventajas de
una avión con las de un helicóptero, también su precio de
adquisición y mantenimiento puede disuadir a futuros compradores,
sobre todo teniendo en cuanta que los últimos desarrollos en
autogiros puede que lleguen a igualar hasta cierto punto las ventajas
de los convertiplanos a un precio asequible, pero ya hablaremos de
esta antigua y españolísima aeronave en un futuro artículo.
¡Buenos vuelos!
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