¡Buenos días amigos! ¡Vamos a empezar el fin de semana a máximas revoluciones hablando de los reactores!
Bueno pero no vamos a hablar hoy de todos los reactores, hoy vamos a hablar de los aeroreactores no autónomos, osea los reactores que se emplean en la aviación que requieren de aire exterior para funcionar (Vamos, los que no se llaman cohetes), y más concretamente del turborreactor (Turbojet) y sus derivados.
El turbojet es un tipo de motor ya muy antiguo pues su concepción data de los años 30 del siglo XX y el primer avión que fue propulsado por este tipo de motor, fue el Heinkel 280, prototipo de avión de caza alemán diseñado en el año 1940. Pero seguro que lo primero que os preguntaréis como un motor tan antiguo sigue empleándose hoy día, pues bien, la verdad, es que en la actualidad, excepto en algún misil y diseños muy puntuales, ya no se emplea, principalmente porque es un motor muy poco eficiente en cuanto al consumo de combustible (Su velocidad de crucero, esto es la velocidad más alta que corresponde a la mayor eficiencia de consumo de combustible, está en torno a dos veces la velocidad del sonido lo cual excepto para aplicaciones militares no es práctico y aún en aplicaciones militares se prefiere emplear otro tipo de motores) y es muy ruidoso. ¿Y entonces por qué se sigue hablando de él? Pues porque aunque este tipo de motor esté en desuso, sus derivados más modernos son los que equipan la inmensa mayoría de las aeronaves de medio y gran tamaño, pero para entender como funcionan sus derivados, primero tendréis que entender como funciona este motor en cuestión.
He 280, primer avión equipado con turbojets
Primer reactor civil, el Comet británico
El turbojet trabaja en base al ciclo denominado Bryton igual que el motor de combustión interna lo hace en base al ciclo Otto, y ambos se parecen bastante por sus tiempos son los mismos, osea admisión, compresión, combustión y expulsión (Visto de manera muy simplificada claro). El aire al llegar a la toma del reactor entra al interior y accede a los compresores de baja presión que son los de mayor tamaño y los que empiezan a comprimir el aire hasta que tras pasar por varios de estos accede a los compresores de alta presión que siguen comprimiendo el aire hasta aproximadamente unas 32 veces su tamaño inicial y tras ello el aire para por unos difusores que son la entrada a la cámara de combustión, preparando la mezcla aire/combustible que tras ser quemada por los quemadores, se dirige primero a la turbina de alta presión y luego la de baja, las cuales absorben parte del movimiento de los gases de escape convirtiéndolo en rotación y trasladan esta a los compresores manteniéndoles en funcionamiento, tras lo cual los gases salen al exterior y como resultado de la tercera Ley de Newton que dice que “Toda acción conlleva una reacción de igual magnitud y sentido contrario” el chorro produce la propulsión de la aeronave hacia delante.
Interior de un turbojet explicado
Como hasta aquí el artículo ya tiene cierto tamaño y no quiero que resulte un tostón, por hoy os dejo con el resto pendiente hasta el próximo sábado que os rebelaré el resto de tipos de motores derivados del Turbojet. ¡Buenos vuelos!.
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