¡Buenos días amigos! ¿Qué os parece si hoy hablamos sobre los despegues desde portaaviones? Seguro que viendo alguna película de acción alguna vez os habéis preguntado como consiguen los aviones embarcados despegar y aterrizar en tan poco espacio y en una pista que no para quieta.
Pues el caso es que podríamos decir que existen tres clases de portaaviones en función de sus sistemas de lanzamiento y recuperación de aeronaves.
El primero es el conocido como CATOBAR (Acrónimo de Catapult Assited Take-Off But Arrested Recovery, despegue asistido por catapulta pero recuperación mediante detención), y es el más complejo de los tres. El avión que despega lo hace asistido por una catapulta de vapor acumulado que al liberarse mueve un pistón a gran velocidad el cual tiene un enganche que va acoplado al tren delantero de la aeronave, dándole a ésta velocidad suficiente durante la pequeñísima carrera de despegue para poder iniciar el vuelo y el avión que aterriza debe tener instalado un gancho de apontaje (Apontaje es el nombre con el que se conoce el aterrizaje en un portaaviones) el cual una vez desplegado y al tocar el avión la cubierta del portaaviones, se engancha en uno de los cuatro cables de frenado deteniendo el avión de manera bastante brusca. ¿Cuáles son las ventajas de este sistema? Primero, que al contrario que el resto de tipos, hace posible que casi cualquier tipo de aeronave pueda operar en el portaaviones, desde cazas hasta aviones de transporte como el americano C-2 Greyhound, pero que cualquier tipo de avión pueda operar en este sistema no significa que cualquier avión de tierra pueda ser navalizado, dado que os habréis dado cuenta de que tanto el despegue como el aterrizaje exige grandes esfuerzos a la estructura de la aeronave tanto por los acelerones y detenciones bruscas así como porque en el momento de aterrizar no lo haces contra una plataforma fija si no con una que se mueve arriba y abajo con las olas, esto hace que cualquier avión de tierra que se pretenda convertir a avión naval (No sólo en este sistema si no en los tres) deberá tener una estructura y tren de aterrizaje reforzados y debido al peso extra de esto, su potencia deberá ser mayor. Esto hace que por ejemplo aviones como el F-111 cuyo diseño original iba dirigido al ejército del aire Norteamericano y a su armada, ésta última tuvo que buscar otra opción porque el prototipo final del avión era demasiado pesado como para operar en portaaviones y no pudo ser navalizado. La segunda ventaja es que permite lanzar cuatro aviones en tandas sucesivas (No simultáneamente) lo cual le da una capacidad operativa increíble. La tercera ventaja y esta, no viene con el propio sistema si no que es consecuencia del gran tamaño de los portaaviones que lo emplean, es que en general pueden embarcar fuerzas aéreas potentísimas y muy completas, como por ejemplo el clase Nimitz norteamericano que suele llevar 64 aeronaves entre las que se incluyen cazas, aviones de ataque, aviones de guerra electrónica, cargueros, aviones de control aéreo avanzado AWACS y helicópteros. La cuarta es que al tener dos cubiertas en ángulo una con la otra permite despegues y aterrizaje simultáneos. La mayoría de estos portaaviones son de propulsión nuclear porque ésta confiere capacidad casi sin límites de lanzamiento de aeronaves con la catapulta de vapor y de origen estadounidense (Posee en total 11).
Potaaviones estadounidense clase Nimitz
Aquí podéis ver como se engancha el tren delantero al pistón de la catapulta
Avión preparado para despegar
Gancho de cola a punto de coger un cable de frenado
El segundo tipo es el STOBAR (Acrónimo de Short Take-Off But Arrested Recovery, despegue corto pero recobro mediante detención), el cual es el sistema intermedio entre el anterior y el siguiente. El despegue de los aviones se realiza mediante un mecanismo que los retiene hasta que aceleran el motor hasta la máxima potencia, y tras replegarse el sistema el avión inicia una carrera corta que lo lleva a una Sky jump que es una rampa que los lanza al vuelo, y el aterrizaje es idéntico al sistema CATOBAR, lo cual también le permite realizar despegues y aterrizajes simultáneos. Su gran ventaja es que para poder funcionar a pleno rendimiento no necesita un motor nuclear ni vapor, dado que el despegue lo hacen las aeronaves empleando su propia potencia y que además al ser embarcaciones de tamaño medio y con motor diesel son mucho más baratas de operar que sus hermanos nucleares, también está que no depende completamente de sus aeronaves para protegerse a si mismo, si no que además posee armamento propio de protección y ataque tanto contra objetivos en el aire, en tierra o en el mar, por lo que son portaaviones que normalmente se catalogan como cruceros-portaaviones. Sus desventajas son que sólo pueden despegar aeronaves en tandas de tres, que además no pueden ser de cualquier tipo, deben tener la potencia suficiente para poder despegar por la rampa por si mismas, por lo que en general embarca sólo aeronaves tipo caza y de ataque al suelo, en un número muy inferior al clase Nimitz. El buque insignia de este tipo de buques es el ruso Almirante Kuznetsov y el único modelo en servicio que yo sepa, cuyo modelo ha sido exportado a China e India.
Portaaviones clase Kuznetsov con sky jump en proa
Dos aviones Su-33 retenidos antes de despegar
Lo que ve un piloto antes de aterrizar
En esta imagen se pueden ver los calzos naranja saliendo para retener a la aeronave antes de despegar
Y el último tipo, y no por ello menos importante es el tipo más común de portaaviones, más simple y más barato de operar, el portaaeronaves, del cual únicamente pueden despegar y aterrizar aeronaves catalogadas como V/STOL (Acrónimo de Vertical and Short Take-Off and Landing, despegues y aterrizajes cortos y verticales). Estos portaaviones en general se combinan con los sistemas necesarios para poder realizar desembarcos anfibios por lo que son embarcaciones con doble función, que por un lado poseen una rampa donde operan las aeronaves que puede estar equipada o no con Sky jump y una dique inundable desde el cual parten las naves de desembarco. Su gran baza es por supuesto su precio tanto de adquisión como de coste operativo, ya que se tratan en general de naves de tamaño inferior al tipo Almirante Kuznetsov con motor diesel, pero por lo demás, el resto son defectos, dado que su pequeña tamaño sólo le permite operar aeronaves de despegue vertical como el Harrier, aeronaves que si bien en ataque terrestre su desempeño es excelente, en lo relativo a la defensa aérea de la flota están en clara inferioridad con cualquier caza navalizado del resto de tipos, siendo además esta aeronave junto por supuesto con lo helicópteros, la única que puede operar en esta clase de buques, buques que además no poseen le potente capacidad de defensa y ataque del portaaviones ruso. El buque insignia de este tipo de aeronaves que es muy común es el novedosísimo BPE Juan Carlos I de la Armada Española.
Harrier a punto de despegar
Harrier aterrizando
Los dos portaaviones españoles navegando juntos, los clase Príncipe de Asturias y Juan Carlos I
Y esto es todo por hoy amigos, espero que os haya quedado claro este tema tan interesante que tantas veces ha salido en películas. Buen fin de semana y ¡Buenos vuelos!
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